lunes, octubre 27, 2008

El Mesías Transversal


Mefistófeles es un cristo oblicuo
que lleva retorcidos los mostachos.
Amado Nervo

Te vi golpeado, lacerado y altivo, en aquel sueño ebrio y bizarro, en el que recreé toda mi angustia por tu muerte, cuando tenía 16 años.
De Mesías sublime te convertiste en compañero de juergas, de dilatadas conversaciones filosóficas y de especulaciones respecto a tu origen.
Jesús se llama el oaxaqueño que tiene prietas las manos e inmenso el corazón y que por
2 pesos vende sus tacos de ilusión en un paraje perdido entre Monte Albán y un
changarro mezcalero en el mercado zapoteco.
El hijo de Dios camina con sus pies sucios enfundados en unos desgastados
huaraches hacia donde el calor tirita de miedo y esconde su rostro de las secuelas de un beso que vaga desde siglos por el infinito.

Juan Espinoza Cuadra
México
Julio de 2007

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