jueves, junio 25, 2009

“La primera muerte no basta”


Mi rostro envejecido bastamente transitado
por el tiempo por los recuerdos
inmóvil lo atrapa el reducido espacio
donde los paradigmas se evaden de la vida.
Es el rostro de mi abuelo y no soy él
y por caminos diferentes nos encontramos
en el mismo punto donde el todo inicia
y la nada no termina.
Palpó desde la dimensión en que invento y puedo
la tosquedad de la madera
la rusticidad con que el mar me despide
la simplicidad con que me abortó
hacia donde los rostros dejan de serlo.
Y me convierto en el acorde de lo etéreo
arrodillado ante un altar pintado de misticismos
evadido fugado y erigiendo sobre mis evocaciones
el último camino.
El aroma es ancestralmente lúdico
escalofriantemente aleatorio
deambula por las grises y antiguas columnas
posa en las bancas de concreto desoladas
su concubinato con las lágrimas y el dolor
se remonta al acto mágico de cerrar los ojos
y percibir la mágica fragancia a tierra húmeda
y la soledad regresa mojándose los pies
en la noche que se hace eterna y lluvia.


Juan Espinoza Cuadra
23 de Junio de 2009
México

jueves, junio 11, 2009

Whitman, la heredad


Con las manos delineaste en tu espíritu
un altar incorrupto
y simulaste al universo
desde tus ojos al verso.
Cítara sin prorrogas y tus dedos concibiendo
cadencias de colores y compases
pactando brío y balbuceos de ebriedad.
Whewell derrapó lágrimas sobre el tardío y
flemático rostro del reproche,
y los labios de la meretriz insatisfecha
apura de la sórdida copa de Emerson,
la irreversible orfandad.
La rústica mesa emana olores a incienso y canela.
Mustio el desamparo y la adversidad vacila
pendida de la verdad relativa
mientras los pelícanos sobrevolaban la ingesta
de las revoluciones contemporáneas.
Plasmaste un irrestricto vínculo con el vacío
y en el rostro de la constelación esculpiste el beso.
Trascendiste la ofuscada y confusa personalidad de la roca
abrevando elixires reservados al lenguaje de lo inerme.
En Emerson y Kant los silbidos de la noche bailaron
una melodía diurna y etérea y temblaron tus dedos
al tomar del camino un trozo de heno seco.
Tus dardos entintados enlutaron el rostro del romancero
para erogarte la soledad y la invisibilidad del viento.
Hojas de hierba hay en el jardín
livianamente copulando en verano
y escapan los grises de sequía y
los pajizos de los estiajes.


Juan Espinoza Cuadra
Junio de 2009
México

jueves, junio 04, 2009

Tears

Por tu mejilla resbalan lágrimas
trémulos y ebrios los ojos,
fluye la inmóvil lejanía
y emana de la semicurvatura, el adviento.
La piel apropia el rastro
bebe el surco del hastío
dibuja dolor y acuarelas,
traza blancos, grises y negros
en el sopor de los cañaverales.
Duele mi ausencia,
golpea mi vacío,
doblas tu cintura y
cierras tus ojos a la espera
de mi desterrada
embriaguez por ti.


Juan Espinoza Cuadra
Junio de 2009
México.