jueves, agosto 20, 2009

En la terraza y el vino

Sobre la mesa de la terraza
hay un candelabro y posada una vela que humea la noche.
Hemos apagado toda luz y a solas,
apuramos con la lentitud de un sonido lejano
los sorbos de vino que se escapan hacia nosotros
por los rayos de luna que se cuelan por el tejado.
Y tu silueta descansa en las penumbras,
irradia cada tenue línea de tu cuerpo ,
y coloco mi copa entre el ansía y la incertidumbre.
El silencio nos atrapa y es la voz de la luna
que toca sobre tus hombros para que mis ojos
procuren descubrir las palabras que más se aproximen a ti.
Basta la quietud y la prolongación del silencio
para inundarme con el subversivo leve de tus labios.
Y entre nosotros la nada devela su nocturno rostro
con el canto de los grillos y la sutil invitación de la quietud.
Mírame desde los bordes de la espuma de mar
que aperlan tus pies y
contémplame desde las siluetas de infinito
que dibujas cada noche con tus dedos.
Ahí estaré para ti
suspendido entre el frío y
la irreverente vocación que tienen los caracoles de mar
por el olvido.

Juan Espinoza Cuadra
México
20 de Agosto de 2009