miércoles, septiembre 08, 2010

Señora, mi testamentaria….

Señora, te pido te conviertas en mi guía
una vez que ya no pueda dar un paso más,
en busca de lo que se me ha escapado
de las manos todos estos años.
Te vuelvas la relatora de mis historias inconclusas
y me acompañes por las tardes a degustar
ese vino tinto de mi abuelo que aun conservo.
Te tornes mi ama de llaves de las posesiones
que se quedaron olvidadas en los latifundios
de mis ancestros.
Modifica por las noches
mi costumbre por quedarme solo,
calienta mi almohada mientras persigo
estrellas fugaces con mis ojos.
Y cuando ya no este contigo
recuerdáme meciendo mis palabras
en tu silla de madera de nogal,
contemplandome partir
por la puerta derruida,
tras los verbos que nunca fueron míos.

Juan Espinoza Cuadra
México
Septiembre de MMX

La letra I, inicio de….

La letra I inica la vertical forma
de cualquier nombre,
erguiéndo sobre los caminos
encharcados por la lluvia,
una secuela de imágenes
que persiguen una sola aventura,
la de los variopintos colores del atardecer.
Consecuencia y derivación
es el rostro desconocido
perdido entre trazos y matices.
Destaca entre la confluencia
la turgencia de unos labios anónimos,
arrebatados a la esencia misma
de la variedad.
La distancia gotea los caminos
de elixir a bruma y a pasos perdidos.
Y ahí estas tu,
perceptible a todas horas
en los aromas de campo,
a huerta y tierra húmeda.
Las hojas secas vigilan las veredas anegadas
y tu perfume husmea albores en la bruma.
Tus adimensionales cejas compiten
con las nubes cargadas de tormenta
y una música inescuchada te identifica
en el festín de rasgos inmutables.
Deambula tu piel en el caballete
que los crisoles de la edad
robaron a un antiguo amanecer.
Toda mia la letra y su apropiacion
en la terquedad por un ritmo sostenido.
Tallan mis manos la insistencia por tu rostro
en la predilección por lo que provocas.
Me invento desde mi despropiación
cuando ni el canto de las aves
reconocen la luz de la Luna
atrapada en la comisura de tus labios.

Juan Espinoza Cuadra
México
Septiembre de MMX

La mujer y la predestinación…

El destino de ella se ha escrito
a traves de frases ilegibles ,
cincelado en un códice anterior
a la luz invisible.
Su llamado lo rige
una voluntad inexorable,
donde los límites se arrugan
en la linealidad
de una expansión sin tiempo.
Las manos de Dios
son desemejantes,
como disímiles las gotas de lluvia,
o heterogéneos los tonos
de la espuma de mar.
El Universo desborda
sinfín de voces inaudibles,
atrevo presumirme dual,
entre lo tangible y lo inefable.
En el vacío alineado
transita la predestinada.
Quizás no estemos lejos
o puede nos atinemos
en el concepto y expandamos
otra onda y nos encontremos.
A ella y a mi nos infiltra
la melodía incomprensible del infinito,
la vaguedad de la paradoja
la exposición de lo evidente.

Juan Espinoza Cuadra
México
Agosto de MMX