martes, febrero 15, 2011

A partir de mí…

Aunque intento no puedo
deshacer el verde escozor
de las hojas de los árboles,
ni antagonizar la suspicacia
del rojo intermitente de tus labios,
no merezco perderme otra vez
entre tu manos sobredimensionadas,
ni permitirte me dejes solo
nuevamente en el dorado sainete
de la playa.
No puedo dejar hagas de las cosas
algo cotidiano y efímero,
y perderme nuevamente
en los repetidos intentos,
en tus logrados o fallidos tanteos
y caer otra vez
en los garabatos indescifrables
de tus conatos.
No soy reversible ni permeable
a tus juegos de niños,
no absorbo el color con que pintas
de algarabía tus acuarelas.
Te confieso me gusta caminar a solas
entre la gente que no sabe de mí,
pedir un vaso con agua
cuando me agobia la sed,
acostarme sobre el pasto seco
y columpiar las gotas de lluvia
en el balance imperfecto de mi rostro.
Soy la rama seca del olivo muerto,
la voz inaudible de la piel arrinconada,
los labios entumecidos
por el frío nocturno del mar,
el cruzado desarmado y sin país
que recoge en el vacío
un letargo subordinado.


Juan Espinoza Cuadra
México
Febrero de MMXI

lunes, febrero 14, 2011

Dejó de ser mi casa…

Por la incendiaria terquedad
de un fantasma sin alma,
por la inquebrantable obstinación
de una mujer sin párpados.
Robó mi cosecha,
mis pequeñas posesiones
y también la inocencia
de los besos infantiles
que solo a mí pertenecían.
Su gabán siempre nocturno
arropa recuerdos oscuros,
avivado lo infausto
por el ruido de la tormenta,
por su vítor antojadizo de guerra.
Revertir los daños consecuentemente
es alterar al odio como su credo fiel,
cuando restituir el pasado
carece de valor
en su visión cegada
por su rencor siniestro.
Dejaron de ser mis afanes
cuando decidió abanderar
de sinsabores la vida,
dejaron de ser mis afectos
cuando perturbó
el significado de las palabras verdaderas.
Pasados los años, desposeído,
no hay atisbo de amaneceres.
Su angustiosa terquedad permea
la indeleble mueca de desamor
de su rostro tristemente envejecido.
En el calendario maduran lentamente
la indiferencia y los perdones aplazados,
mientras la mansedumbre desguarnecida
anda a solas, desorientada.
Ojala y no toque llegar a la última versión
del irrevocable calendario deshojado,
y encontrar en sus ojos
un tenue destello de virtud.

Juan Espinoza Cuadra
México
Febrero MMXI

viernes, febrero 11, 2011

A propósito de ti…

No estás donde te dejé
mucho menos donde te pensé,
estás abstraída
alejada de las cosas,
no me tienes a mí
ni estoy en ti.
Deambulas desperdigada
ambulatoria, sin asirte,
yo igual pensando en ti.
Tan distantes y pensándonos
todas las tardes de invierno
y las mañanas de verano también.
Te quedas pensando en mi
mientras preparas el desayuno
que no compartiremos ni es nuestro.
Te quedas viendo en la ventana
mis ojos, mis manos, mi recuerdo,
rozas tus labios mordiéndome
acaricias tus pechos acercándome.
Así nos quedaremos
en el beso inconcluso,
en mascullar nuestros nombres,
en la cocina vacía de los dos,
en tu piel erizada
al acercarme a tu espalda,
mientras me percibes,
durante el tiempo que soy tuyo.
Aquí estoy para ti
siempre, mientras el siempre
sea de los dos.

Juan Espinoza Cuadra
México
Febrero MMXI