jueves, junio 25, 2009

“La primera muerte no basta”


Mi rostro envejecido bastamente transitado
por el tiempo por los recuerdos
inmóvil lo atrapa el reducido espacio
donde los paradigmas se evaden de la vida.
Es el rostro de mi abuelo y no soy él
y por caminos diferentes nos encontramos
en el mismo punto donde el todo inicia
y la nada no termina.
Palpó desde la dimensión en que invento y puedo
la tosquedad de la madera
la rusticidad con que el mar me despide
la simplicidad con que me abortó
hacia donde los rostros dejan de serlo.
Y me convierto en el acorde de lo etéreo
arrodillado ante un altar pintado de misticismos
evadido fugado y erigiendo sobre mis evocaciones
el último camino.
El aroma es ancestralmente lúdico
escalofriantemente aleatorio
deambula por las grises y antiguas columnas
posa en las bancas de concreto desoladas
su concubinato con las lágrimas y el dolor
se remonta al acto mágico de cerrar los ojos
y percibir la mágica fragancia a tierra húmeda
y la soledad regresa mojándose los pies
en la noche que se hace eterna y lluvia.


Juan Espinoza Cuadra
23 de Junio de 2009
México