jueves, octubre 08, 2009

Quanta


Es posible que la energía interior, alma o espíritu,
este configurada por niveles,
semejando el modelo cuántico de Bohr-Rutherford
y que la muerte sea una migración del quantum.
En esencia, somos magnitudes en un sistema
gobernado por un orden supremo
constantemente variando según el valor del cuanto,
bailando entre diversas perturbaciones en proporciones
que dependen de un precepto ondulatorio.
A lo largo de la finitud de recorrido de cada quata
es un tramo definido lo que llamamos vida,
y valores mínimos somos tendiendo a la mínima variación posible
y pasar de un estado discreto a otro.
Sospechoso no hay reporte de algún evento postmortem,
en el que el quantum caracterizará anomalías en su salto.
Carga eléctricas somos a la carga del electrón
asignadas al cambio determinado por el algoritmizador.
Funciones matemáticas asignadas a puntos en el espacio y el tiempo somos
y la probabilidad es el presente disfrazado de diversas interpretaciones.
Todos nuestros movimientos están contenidos en la función de ondas
y la teoría la extraemos de la necesidad de interpretar los propios eventos.
Nuestras propiedades ondulatorias contemplan la partida
de cada vector unitario hacia el espacio de Hilbert,
y la conclusión es que solo somos energía en transformación.
Los migrados son amores que van completando las ecuaciones
que rigen el indetenible transcurso de los quantum hacia Dios.


Juan Espinoza Cuadra
México
8 de Octubre de 2009