miércoles, octubre 05, 2011

Caeré un día...

Wassili Maximowitsch Maximow
El vaho a hospital mezcla los aromas
de miedo, impotencia, temblor de manos,
bajar del taxi y correr sano, pero…
aún la sensación de muerte próxima,
desnudar, agujerar, exhibirse…
la blancura del piso hiere de sudor las sienes,
las plantas de los pies transpiran
camino al cadalso,
palabras llegan, llegan sin alcance…
no hay salud ni esperanza
en el laberinto desde el bautismo;
rostro joven, sano en el reflejo
de los cristales,
de paso por la serenidad de la capilla
apunta el dedo el ángulo entre pared
techo, crucifijo y letanía.
Andar a pesar de lo mayúsculo de la loza
de mármol navegando hacia su holocausto
los canales de la alcantarilla,
de la fiebre, la tos, la pastilla, la otra melodía
de la cuenca de vino vacía.

Juan Espinoza Cuadra
México
Octubre MMXI

Peldaño al más allá...

El banco de niebla atravesado
de cuerpo transparente
los ojos cerrados, no existen,
las manos apretadas pretendiendo retener
la sangre fugada,
al frente la puerta penetrable
atisbada de cipreses.
En estado de vínculo
se murmuran los hijos,
la niñez de arbusto alto
el beso verde en el círculo.
El tono floral de las cortinas
mece a la vida en un vaso con agua,
la idea profiere burdel,
sosiego y tequila,
arrebata la corteza del árbol seco
la vuelta otra vez de la esquina.
En la envoltura de una golosina
la edad verdadera del atabal,
chasquido de dedos
el tictac del reloj.

Juan Espinoza Cuadra
México
Octubre de MMXI