lunes, julio 26, 2010

Entre el hoy y mañana…

(Photo by Pablo Benavente)

Cuando no estás, me embarga el silencio
ese que repta coludido con la apatía.
Cuando estas ausente hago malabares con tu nombre,
procurando acomodar los sonidos,
tu risa distante, el chasquido de tus dedos.
Con pies descalzos sobre la tierra mojada
tiro las hojas humedecidas sobre las raíces de los árboles.
Te busco en los ecos, alejado de ti y tu sin mí.
No hay nada y el verde de las hojas
remolinean tus caricias en la distancia
que se abufanda en el frio de mi espalda.
Te procuro el beso desterrado
encontrado desperdiciado en la aridez de los cerros,
en la inmensidad del barro de las calles inundadas,
en el olor de las tortillas y el atole de todos los días.
Te regalo uvas verdes para que las atrapes
en el límite mas alejado de tu escote,
Te ofrezco aislamiento y clausura para
te inmoles en verano.
Te acompaño en el vacío de las calles,
te custodio en el yermo de mis manos.
Aspiro abrazarte en el anonimato y despoblado
de las esquinas cuando llegue la noche.
Probarte ante el acoso de mis besos.
Pero estás suspendida en el líndero del arcoíris
ahí donde ni mi despedida te alcanza,
donde no sientes mi expatriación
y me recuerdas despojada entre tus almohadas.
Me desrefugio de ti para que me ames
desde la nube cargada de lluvia en tus ojos,
y mañana me encomiendes
la tarea de hallar en mi pecho, tus otros besos,
los inexistentes, los desaparecidos, lo que no son míos.


Juan Espinoza Cuadra
México
Julio de MMX

martes, julio 06, 2010

La playa desierta y tu...

Dejas tus huellas en la arena
a propósito de apocar la luz.
Rehúsas tu nombre en el borde
de la exclamación atormentada.
Arrogante transitan tus rubores
en la simplicidad del suspiro.
El vestido de flores del pasado otoño
lo mastican las olas en el polvo de mis ojos.
En el arrecife preñado de gaviotas
tus zarcillos están ausentes como tu aroma de ayer.
No habrá promesas colgadas en los tendederos
cuando los peces regalen sus colores nocturnos.
Sobre la playa siluetas de oropéndolas
abrevan la cortedad en tus senos.
Amainan gotas de lluvia desde la tormenta.
De pie miro la implacable, la lejana
e irreconciliable última línea del mar
asida al último meandro de mis ojos.


Juan Espinoza Cuadra
México
Julio de MMX