martes, abril 20, 2010

Canto L

Te aseguro no te impondré
un adiós en los labios
ni mis recuerdos ni mi besos,
cuando me haya despedido de ti.
Me iré de tu vida como llegue,
anónima y silenciosamente,
y te recordaré igual que aquella tarde.
El lugar simulaba deshabitado y
se imponía tu presencia.
No había silencio,… como si lo hubiera
habían personas,… como si no las hubiera,
ahí estaba yo, tú… como si no estuvieras,
y ahí estabas tú, …también yo.
Cabizbajo vi tu sombra alejarse
reflejada en la brillantez de la superficie
en la que tus pies taconeaban
un monótono acorde…
antes de perderme de vista,
me despediste con tu espalda.
Los desencuentros huelen a olvido
inquieren culpas y adolecen ofensas,
desprenden un hedor cobarde
por las tardes coloniales
cuando las sombras hacen la siesta.


Juan Espinoza Cuadra
Abril de MMX
México.