miércoles, mayo 27, 2009

Íntimo


Tus ojos me extrapolan al vórtice,
al reducto, a la unicidad,
me incluyes total bajo tus pupilas,
a especular tus contracciones,
a sospechar el temblor de tu vientre y
a hacer sonreír al silencio en el intento de los dos.
Te aproximas total y despojada
irreverente, rebelde y asumida mía.
Descubres en la precocidad de tus labios
la cábala, la profecía de tu gemido ahogado.
Alborotas con tu pelo el umbral de la vastedad
y me escondes el conteo de tu ventisca y
ahí permanezco, en el yo de tus tormentas.
Carezco de la voluntad para declinar
la magia de tu abierto limbo,
e instintivamente nos hacemos a partir de dos.
Gadeante alboroto tu pelo
y me fugo por el aroma de tu piel,
y dormito cansado entre las turgencias, como perdido
para que nuevamente vengas por mi.
Tu mano extendida aboga reconciliar
mis ojos cerrados en la habitación oscura.
Pero estas tú, libre y asilando los desnudos cuerpos,
al te amo desesperado, libidinal que pernocta olvidado
en la punta de mis dedos.

Juan Espinoza Cuadra
Mayo de 2009
México.