jueves, enero 13, 2011

Sin pretención...

Pedro Pablo Espinoza, el Poeta Carpintero
Ambiciono acercarme a ti y sonreír y que seas feliz
atiborrarte de muchas palabras acentuadas
en el interior de la botella plata donde te encuentras,
que me permitas abrevar del brillo de tu frente
las ocasiones que decides caminar sobre la arena de la playa,
que me busques en todas las habitaciones de tu casa
cuando tu madre inicia a encender las luces,
que te robes en un paliacate desgastado mi confianza
y lo anudes luego alrededor de tu cintura desnuda.
Quiero que experimentes nuevas formas de acercarte a mí,
que explotes tu ingenio para ver parir rosas a los cerros,
que tus labios aspiren abrazar mi alma y
que tus piernas gobiernen la dicha y la lluvia de sustantivos.
Borrar con mis sueños el límite de tu cavidad que me cautiva,
y arrinconar mi oración en una diócesis irreversible,
donde las nubes decidieron cremar el halo y el viento,
donde las horas sucumben a la seducción y al beso.
No dejes huellas en la piel donde no está mi reloj,
ni pruebes la inmensidad que contienen los aplausos,
solamente mírame frente a ti las tardes que te busco
atiéndeme para poder leerte los versos arrugados,
e invítame un agua de limón y ver juntos el arcoíris.
Soy un vagabundo que no aspira mundos de cien años,
ni novelas extensas que brillen en los estantes,
soy un soñador errante persiguiendo estrellas
que ya no están donde las vi por primera vez.
Solo quiero caminar por las terracerías polvorientas
del pueblo donde me invente nacer,
sentarme en una banqueta olvidada y acariciar el dolor
entre mis manos húmedas de lágrimas impostergables.


Juan Espinoza Cuadra
México
Enero MMXI