martes, octubre 04, 2011

En tu habitación...


Has marcado muchas veces mi número
que no he tenido tiempo de responder,
libre de compromisos,
llego a tu casa donde esperas
con tu copa de vino tinto en la mano,
y escasa de ropas, me recibes insinuándote,
posas tus labios entusiasmados en la piel de mi pecho,
el aire que exhalas camina lento,
te acercas meciendo tu cuerpo,
tomas mis manos posándolas en tus caderas,
llegas hasta mi boca sedienta de ti
hundes tu mirada lúbrica,
cierro mis ojos y te percibo
natural como la cascada de río,
agreste como el sonido del agua que cae,
verde húmeda como la foresta,
impía, desnuda
sin ropa las letras de tu nombre,
los dedos de tus pies encorvados
atisbando la frontera inexistente entre ambos,
la fogata ardiendo solitaria en la playa,
mía como los buenos días de cada mañana,
tus piernas albergando la arremetida del mar,
mis manos embistiendo violentas tus arrecifes,
el agua cristalina cayendo por tu espalda,
vuelvo a ti desde aquellos años idos,
vuelvo a ti despierto por la alarma del reloj de las mañanas,
y concibes mi interrogante entre tu pecho,
penetro tu día de nube gris y camino descalzo
por la vereda de cipreses de tu vientre.
De rodillas percibo tu plegaria húmeda
de pie redimo tu soledad devota.
Descanso extenuado en tu espalda
disfruto tu sudor de lluvia fresca,
tendida a mi lado escribiendo en tu cuerpo
los acertijos de otro día.

Juan Espinoza Cuadra
México
Septiembre de MMXI