martes, agosto 17, 2010

La madrugada insomne

La madrugada acecha silenciosa,
encubierta tras la expresión inusual de
un atrapamiento filtrado
en el golpeteo del teclado,
subordinada al movimiento exacerbado
de mis dedos por capturar
el extenuado destello
de la musa postergada.
El sosiego titila la pantalla
a través de la pasiva transparencia
de los anteojos,
y el desfile de palabras alcanzan
a las primera letras
en una cacería inenarrable
de arrebato desbocado y
estímulo enardecido.
Me inclino sobre el respaldo de la silla
procurando conciliar la mudez de las palabras.
Delante están las imágenes de mis padres
colocadas a distancia una de la otra,
simulando el trayecto imperfecto de sus muertes.
En los ojos de mi madre
el destello anónimo de la penumbra
sobre el rostro de mi padre.
Vuelvo al quehacer erguiéndose los claroscuros
sobre la ambigua tez de mis manos.
Los grafías residen embriagadas
en el tono tenue de la madrugada y
en la pincelada ahogada de la aurora desencajada.
Procuro los cortejos sobre caminos empedrados
acompañarlos con serenatas exánimes
y la arrítmica rondalla de mi insomnio caducado.


Juan Espinoza Cuadra
México
Agosto de MMX

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