martes, febrero 15, 2011

A partir de mí…

Aunque intento no puedo
deshacer el verde escozor
de las hojas de los árboles,
ni antagonizar la suspicacia
del rojo intermitente de tus labios,
no merezco perderme otra vez
entre tu manos sobredimensionadas,
ni permitirte me dejes solo
nuevamente en el dorado sainete
de la playa.
No puedo dejar hagas de las cosas
algo cotidiano y efímero,
y perderme nuevamente
en los repetidos intentos,
en tus logrados o fallidos tanteos
y caer otra vez
en los garabatos indescifrables
de tus conatos.
No soy reversible ni permeable
a tus juegos de niños,
no absorbo el color con que pintas
de algarabía tus acuarelas.
Te confieso me gusta caminar a solas
entre la gente que no sabe de mí,
pedir un vaso con agua
cuando me agobia la sed,
acostarme sobre el pasto seco
y columpiar las gotas de lluvia
en el balance imperfecto de mi rostro.
Soy la rama seca del olivo muerto,
la voz inaudible de la piel arrinconada,
los labios entumecidos
por el frío nocturno del mar,
el cruzado desarmado y sin país
que recoge en el vacío
un letargo subordinado.


Juan Espinoza Cuadra
México
Febrero de MMXI

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