lunes, octubre 27, 2008

Querétaro en el verano


La lluvia tiene un vago secreto de ternura,
algo de soñolencia resignada y amable,
una música humilde se despierta con ella
que hace vibrar el alma dormida del paisaje.
Federico García Lorca.

Las sombras de la noche danzan con la intermitencia,
con la tartamudez de un pájaro cantor rendido ante la sonoridad de la lluvia.
El plumaje del horizonte se torna sombrío y
en la clausteridad de un obligado y desesperado concierto
copulan relámpagos con el alba irresolutamente ausente.
Una vieja leyenda sobre los enigmas de las tormentas
anda a paso lento, tardío por las quejumbrosas avenidas.
Nada de expresivo ni ninguna placidez se sucede
en el rostro traslucido y pertinaz de la borrasca.
Se apaga la tenue luz de una moribunda vela ante la insistente sordidez del viento.
Ahí esta a expensas de los embates del turbión el hombre que no hace más
que deshojar la vida con un moribundo cigarrillo en los labios.
La nostalgia es un té frío puesto en escena en un teatro derruido.
La helada noche despertará a la aurora que aun no es
y transitará nuevamente a la vida por el corredor del inminente adiós.


Juan Espinoza Cuadra
México
16 de Julio de 2008

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