Ernesto… ¿por dónde
pasaba?
Nunca
lo ví.
Desconozco
que fue de su vida.
Si
comió el último día que tú lo viste
o
si murió un día o un mes después.
Esas
putas que lo conocieron
no
las recuerdan ni quienes
se
las cogieron.
Si
los borrachos recuerdan sus versos
quizás
sea porque ese Poeta
caló
profundo en ellos.
Sin
avión, barco o automóvil
sin
delito y… según escribes,
desde
entonces en el cementerio,
su
imaginación el monumento
al
amor a sus putas y a sus pedos.
Cada
poeta en su obra
expía
la predestinación del verbo.
Ayer
fuiste tú quién recordó al poeta,
hoy,
soy yo, quién te recuerda a ti.
Juan
Espinoza Cuadra
México
Febrero
MMXIII
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